El origen de la vida
El problema que plantea el conocimiento del origen de la vida, viene desde tiempos inmemoriales preocupando al pensamiento humano. Muchos filósofos y pensadores han prestado mucha atención a este problema. A lo largo de la historia y en determinadas culturas se le ha dado diversas soluciones al origen de la vida. Sin embargo existe una lucha ideológica entre dos campos filosóficos: materialismo e idealismo. Si se apoya el materialismo, es decir, que la vida es de naturaleza material, estudiando las leyes que la rigen seremos capaces de transformarla. Sin embargo, si la vida ha sido creada por un principio espiritual, idealismo, nos deberemos limitar a observarla sin poder hacer nada pues es inaccesible a nuestros conocimientos. La historia de la biología muestra una sucesión de fracasos del idealismo. Pero el origen de la vida no ha podido explicarse de una forma materialista.
Un bioquímico ruso llamado Alexander Ivanovich Oparin propuso en 1924 una idea sobre el origen de la vida en la Tierra. Propuso que en la atmósfera primitiva, la cual se creía que tenía una composición parecida a la de la nebulosa original, se habrían producido una serie de reacciones químicas entre las moléculas de metano, hidrógeno y amoníaco que darían como resultado la formación de numerosos compuestos orgánicos. Estas reacciones estarían catalizadas por los rayos ultravioleta, que en aquella época alcanzaban la superficie de la Tierra sin ningún problema, ya que no tenía escudo protector de ozono. Poco a poco se acumularían en el océano primitivo multitud de compuestos orgánicos que daría lugar a una sopa primigenia, sería la materia prima para originar el primer ser vivo.
La teoría de Oparin fue retomada por Stanley Miller, que puso en práctica el experimento que lograba crear materia orgánica a partir de materia inorgánica. El experimento consistió, básicamente, en someter una mezcla de metano, amoníaco, hidrógeno y agua a descargas eléctricas de 60.000 voltios. Como resultado, se observó la formación de una serie de moléculas orgánicas, entre la que destacan ácido acético, ADP-Glucosa, y los aminoácidos glicina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico, usados por las células como los pilares básicos para sintetizar sus proteínas. En el aparato se introdujo la mezcla gaseosa, el agua se mantenía en ebullición y posteriormente se realizaba la condensación; las sustancias se mantenían a través del aparato mientras dos electrodos producían descargas eléctricas continuas en otro recipiente. Después que la mezcla había circulado a través del aparato, por medio de una llave se extraían muestras para analizarlas. En éstas se encontraron, como se ha mencionado, varios aminoácidos, un carbohidrato y algunos otros compuestos orgánicos.